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Lo que ningún artista quiere admitir sobre el sistema
Muchos artistas creen que el sistema es su enemigo. Lo rechazan, lo odian, lo ignoran. Y en parte, tienen razón: el sistema tiene muchas fallas. Es opresivo, rígido e injusto.
Pero hay una verdad incómoda que necesitamos mirar de frente: si no entendemos el sistema, él nos aplasta. Y si lo entendemos, podemos usarlo a nuestro favor.
¿Qué es el sistema?
No es una persona ni un lugar. Es una red compleja de estructuras económicas, políticas, culturales, tecnológicas y sociales que determinan cómo se produce, consume y valora el arte hoy. Está presente en las galerías y en los algoritmos, en las universidades y en las redes sociales, en los concursos y en las conversaciones sobre éxito.
Ignorarlo no lo desaparece. Solo te deja fuera del juego.
El peligro de romantizar la precariedad
Muchos artistas se posicionan como anti-sistema. Es una postura comprensible: nace del dolor, de la injusticia, de la necesidad de cambio. Pero también puede volverse una trampa.
Cuando romantizas la precariedad, dejas de buscar estructura. Cuando crees que cobrar es traición, terminas castigándote por querer sostenerte. Y así, tu arte —que podría sanar, transformar, inspirar— se queda encerrado.
Hacer las paces con el sistema no es traición. Es estrategia.
Entender el sistema no te vuelve menos artista. Te vuelve un artista más libre.
1. Alcance:
Las plataformas digitales, redes sociales, newsletters y ferias son parte del sistema. Aprender a usarlas te permite dejar de depender del azar. Puedes crear tu propio escenario y amplificar tu mensaje sin perder tu esencia.
2. Sostenibilidad:
Vivir del arte no es una fantasía romántica. Es una necesidad legítima. Aprender de economía, finanzas, y precios no te resta sensibilidad: te da herramientas para sostener tu proceso.
3. Autonomía:
El sistema no es estático. Se transforma con quienes lo entienden. Si conoces las reglas, puedes doblarlas. Crear propuestas que funcionen, que cuestionen, que inspiren. No se trata de encajar, sino de saber cómo te posicionas.
¿Cómo se ve esto en la vida real?
Significa que además de crear, necesitas estructura. Aprender a poner precio a tu obra. Comunicar el valor de lo que haces. Diseñar contenido con intención. Aprender de marketing sin perder tu voz. Conocer de ventas sin vender tu alma.
Todo esto no te vuelve un traidor. Te vuelve capaz de sostener tus sueños con estrategia y decisión.
Soy Ricardo. Esto es Soy Artista.
Y aquí no soñamos más fuerte. Planificamos mejor.
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